2011/01/21

2011/01/21 Cambio de tercio

Bueno, bueno, bueno, Familia, pues ya estamos en el desierto de Rajastán. El viaje en tren fue todo un conciertazo de doce horas y media: de diez y media (pm) a once (am). Nos metimos en nuestros saquillos en las literas de arriba, cerramos los ojos y los volvimos a abrir. Los mejores músicos a nuestra disposición: bellos durmientes, troncos y lirones hacían de coro a múltiples voces de ronquido, a los que se sumaban los solos de eructos, flatulencias y el que más me gustó: un señor que cada vez que bostezaba dejaba oir un suspirativo “Om Hare Ram”. Me gustó tanto que empecé a hacerle el dúo y, así, furdirme en aquel momentum. Y todo esto hablando solo de los efectos de sonido, porque la iluminación era otro cantar. ¿Acaso habría señores que tenían miedo a la oscuridad? No lo creo; esta gente no le teme a nada. Los florescentes, que colgaban junto a los ventiladores herrumbrosos justo encima de nuestras narices, se encendían y apagaban llevando un compás de motivos desconocidos y ajenos... No sé si entres los dos dormimos tres horas del tirón.
Llegamos a Bikaner con los ojos hinchados y mucho sueño. Nada mejor para salir de nuestro aturdimiento y letargo que quince indios rodeándote y chillándote. Sin saber si ya nos habíamos despertado o si seguíamos soñando nos vimos siguiendo a unos cinco indios que nos hablaban español, pero que hablaban bien-bien (no solo “hola caracola” o “mira kashimira”), y que nos ofrecían una habitación por 200 INR y “tuc-tuc” gratis. De hecho, les seguimos más bien por insistencia que por lo atractivo de su oferta, pero resultó ser una elección acertadísima.
Estamos en el Chander Niwas, una casita que ofrece alojamiento en habitaciones muy grandes y lo requetemejor: una cocina familiar y casera. Están la madre y la abuela que te cocinan lo que quieras ricamente y baratamente, y compartes la mesa del comedor con el que ande por casa: la peque, el patriarca o el resto de los inquilinos.
Nuestra idea era clara: meternos al catre sin más dilación. Peeeero, el hijo y el jefe del negocio, Bilal, nos comentó que era justamente el último día del Festival del Camello y que no deberíamos perdérnoslo. Nos miramos y estuvimos de acuerdo en que eso no podíamos dejarlo pasar. Así pues, nos quitamos de encima las ropas de invierno que traíamos y nos vestimos más acordes a este clima del desierto.
Caminamos hasta donde nos habían indicado, y allí nos esperaba un autobús especial (especial porque era gratuito por ser undía también especial) que nos llevaría 50 kms desierto adentro hasta el lugar donde se celebraba el mentado festival. Camellos por doquier, dunas y más dunas y miles de indios. Jaimas de chai, puestos de samosas y un escenario sin altura. Juegos de hombres, juegos de mujeres y niños pasándoselo en grande correteando duna arriba-duna abajo.
La carrera de camellos empezó por lo menos una hora más tarde de lo previsto, pero sin duda mereció la pena. ¡No nos lo podíamos creer! Sin comerlo ni beberlo estábamos sentados en una duna, quién sabe en qué punto del desierto del Thar, siendo testigos de un evento tan aunténtico: ¡una carrera de camellos! Qué cosa tan bonita y tan divertida. Las salidas de las carreras eran lo más cachondo porque los camellos salían locamente hacia cualquier lado. ¡Qué risas! Y todos los indios tronchándose cuando estos se desviaban y hacían correr a los espectadores que pillaban en medio o cuando echaban al suelo a los pobres pilotos de camello. La verdad es que no parece nada fácil ir montado en un cacho animal de esos, a esas velocidades y, además, intentar “conducirlos”. Tienen un galope muy irregular y patoso, ¡pero son raudos!
Cuando las carreras hubieron acabado nos dejamos arrastar por la masa hacia la zona donde estaba el escenario. El sol ya empezaba a esconderse y el cielo tomó unos colores mágicos. Los Laztanas no podíamos creernos nada de lo que nos estaba sucediendo. Estábamos cansados hasta más no poder, y más a esas alturas, que ya llevábamos un kilo de arena de más en cada zapatilla y otro tanto en e bolso y en los bolsillos, no obstante una extraña alegría interior nos mantenía bien despiertos y contentos.
Así y todo, la parte que más nos molestaba de todo aquello no era la enarenación que llevábamos encima, sino lo agobiantes que pueden llegar a resultar estos indios cuando, de repente, te ves rodeado de una multitud de ojos masculinos, grandes y oscuros, que ni pestañean para no perderse ni el más mínimo movimiento que puedas hacer. Éramos para ellos lo que para nosotros eran los camellos con sus adornos. O incluso hasta más novedosos. Nos sacaron muchas más fotos a nosotros, que nosotros sacamos, en general, en aquel festival.
Por esta razón de sentirnos encadenados a sus miradas, nos juntamos a otro grupito de guiris que encontramos por allí: un amerikano, dos holandeses y otro par de ingleses, que se movían juntos por la misma razon, y que nos aceptaron rápidamente entre ellos.
Ya eran cerca de las ocho y había que empezar a pensar en cómo volver, ya que no queríamos esperar a que todo acabase y que la marabunta quisiese escapar de allí  de golpe y porrazo. Una vez  más, nos encontramos con la suerte a la vuelta de la duna, ya que este grupillo había conocido a otras dos chicas que buscaban a gente para compartir viaje y gastos, y justo en ese momento pasaban por donde nosotros estábamos sentados.
Al final, nos metimos nueve en un auto-rickshaw (10 con el conductor) y tor-tor-tor-tor, sin prisa y con pausas, hicimos los 50 kms de vuelta a casa. No sin atrancarnos en la arenaza y tener que empujar para desatascar el paso...
Ya en el guest-house, directamente a la cocina, donde pedimos la cena y, mientras nos la preparaban, unos baldecillos de agua caliente para quitarnos toda la arena y todo el polvo de encima. ¡Vaya día! Nos metimos a la cama pasadas las once con la felicidad que no cabía con nosotros debajo de las mantas.

Palabra del día: “¡¡¡buaaahhh!!!”







 

1 comentario:

  1. Eider, no me puedo creer que no te montaras en una de esas criaturas !!!
    es imaginarte y me parto, jajajaja

    TE IDOLATRO EIDERTXU !!!

    ResponderEliminar