2011/01/11

2011/01/07 CLOSING TIME

Ya que llega la hora de cerrar se me ha ocurrido hacer un pequeño inventario.
Qué oculta Rishikesh, y más concretamente Laxman Jhula, que no ha de ser pasado por alto:
Piramid Cafe: un lugar al que solo se llega si se va allí expresamente. Casi al final del barrio, en dirección Ram Jhula, a mano izquierda y subiendo un caminito bastante empinado. El restaurante se oculta bajo los árboles que dan comienzo a un bosque. Es un lugar ideal para disfrutar  de las mesas de fuera con solecito o para cenar en la jaima en la que encienden un fueguecillo para los que quieran entrar en calor. Solo ofrecen productos ecológicos y orgánicos. Una cocina gobernada por nepalís y, por consiguiente, de la que sales unos platos muy variados y deliciosos. Sigue la señales escondidas de la calle.
Moonlight Cafe: También de nepalís. Un día sí otro no hemos cenado de su mano. Con esto sobran los demás comentarios, pero no me quedo sin decir que no tiene desperdicio: todo natural, fresco y al momento. Aunque se llene el estómago gracias a la grandeza de sus platos de deliciosos gustos, no se debe dejar de probar alguno de sus impresionantes postres. El Bonafee Pie y el Crusted Apple Crumbled merecen especial mención: ¡vive los sabores! Se cena a la luz de las velas.
Freedom Cafe: algo más caro que los otros dos, pero lo que se paga es el establecimiento que te acoge. Una cabaña de bambú con diversos recobecos esparcidos y con una hermosa cristalera a la orilla del Ganga. También de nepalís... verdaderamente son unos genios en los fogones.
Ganga Darshan: el más auténtico de todos. Esta pequeña y camuflada terracita, que también da al Ganges, tiene su entrada al otro lado del gran templo. Una vez se terminan los puestitos, unos diez metros a mano izquierda. Hay que andar al loro para no saltarse la entrada, ya que no se deja ver a primera vista. La cocina la regenta un señor mayor indio que prepara el mejor porridge y los mejores huevos fritos de toda la comarca. Rara es la mañana que no hayamos desayunado en este garito. Excelente lugar para desayunar y, además, uno de los más baratos.
German Backery: atención a la confusión que pude acarrear el nombre de este pequeño puestecito de dulces, pues es un nombre muy generalizado y sumamente usado. Se trata de una pequeña vitrina que sacan justo a los pies  del restaurante Little Buddha. Si se cae una vez en la tentación de probar alguna de sus golosidades, se hace la promesa de volver a degustarlas: pastel de zanahoria y plátano, de chocolate,nueces y plátano, galletas de coco, tartas de queso (muy diferentes a las nuestras...), dulces de manzana, muffins variados y un largo etc...
Para tomarse un chai: Siguiendo la calle principal, dirección Ram Jhula, un poco más allá del puesto del doctor ayurvédico Kotari, una pequeña tasca saca a la calle una mesita azul con asiento para cuatro y ofrece a los paseantes el mejor chai de Rishikesh. Merecen también ser mencionados los puestitos de chai que están junto al gran templo. Chai a 5 INR rodeado de pura India.
Si hay tiempo libre o si apetece caminar existe un estupendo paseo desde Laxman Jhula a Ram Jhula recorriendo la orilla del Ganges (río abajo). Se puede hacer el mismo trayecto siquiendo la calle principal, pero más pintoresca es la ruta que aquí propongo.
Una vez se dejan atrás las tiendas y se cruza un puentecito, el transeúnte llega a la altura de la comisaria, que queda a mano izquierda. Unos pasos más y hay una abertura (que más bien parece una rotura) en el muro de la derecha. Solo hay que pasar por el hueco y seguir el sendero que atravesará un montón de rinconcitos de ensueño.
¡Hasta luego, Rishikesh, nos encantará volver a vivirte!

NAMASTE!!

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