2012/06/17

2012-06-16 Intentando entender conceptos

"El complacer del placer y el placer de complacer". Un concepto sobre el que leí ayer y se me quedó anclado en la mente sin yo haberme percatado. Aparentemente, se camufló detrás de unos arbustos que formaban otros pensamientos.
El concepto se situaba en un texto sobre la prehistoria que intenta explicar el matriarcado y el cambio de concepción del sexo. En pos de un mejor entendimiento de la concepción del emparejamiento durante la época en que empezó a darse el cambio, es decir cuando apareció la pareja como establecimiento en una naciente sociedad patriarcal. Aquellas primeras parejas se creaban por el hecho de, y cito palabras del libro aunque no literalmente, sino de memoria: "por el primero que se dejaba caer. No había prejuicios. El complacer del placer y el placer de complacer. Algo que nosotros, hoy día, somos incapaces de entender."
Y ahora, después de un día de ajetreo con Mari Carmen y Pepe por el mercadillo de segunda y octava mano, y fruta fresca y barata en Arboleas; en el desguace de Huercal Overa donde hemos encontrado el tornillo que arreglaría la puerta lateral de nuestra furgo; de domingueros en unas hamacas de un chiringuito en una playa de Mojacar; tras comer en un chino con una pareja amiga de nuestra pareja amiga; siguiendo un té es casa  de Marcos y Rosa, Flora y Yago, gente que nos ha maravillado conocer; vuelta a Macael; preparar y disfrutar de la cena; cuando ya el sueño nos ha ido venciendo a todas de una en una; cuando ya no parecía que el día fuera a dar más de sí, entonces, el ancla que sujetaba aquella idea se ha soltado y me ha venido  en disposición de pregunta a la cabeza, y ha creado bellas imágenes en mi mente, apaciguando mis adentros y sumergiéndome en un mundo fantástico: "¿Por qué se nos ha olvidado una cosa tan sencilla y bella como esa? El complacer del placer y placer de complacer...." - diálogo interior -: "¿Te imaginas un mundo en que las gentes supiéramos lo que es eso? y no en plan de "sí-sí entiendo lo que significa", sino que sabiendo lo que realmente es porque se vive de esa manera? ¿Te imaginas cómo sería un mundo así? -No, obviamente, no, pero es inmensamente bello intentar hacerlo. Soñarlo. Parar el tiempo e intentar creérmelo, ¿cómo sería si fuera así? conocer el complacer del placer y el placer del complacer...

2012/06/14

2012-06-14

¿Qué me pasa? Un día me acuesto con un sentimiento de agradecimiento que hace que no quepa en mi corazón, y al otro ya no sé quién soy. Quiero desentenderme del mundo, me resulta más fácil fijarme en lo negativo, como por ejemplo, en quién ha hecho o ha dejado de hacer tal cosa, me molesto con más sencillez, me irrito por dentro y ese cúmulo de sentimientos feos acaba saliendo a la superficie. Y, entonces, me doy cuenta de lo poquito que avanzo, en lo que me cuesta a veces ser buena persona, cuando yo creía que lo era. Y me revuelvo en mi propia kaka, hasta que me pongo sensible, me entra honda pena y termino llorando. Sin saber realmente por qué y sin tener ganas de parar. Soy dura conmigo, me critico y me siento chiquitita y estúpida. Se me olvida tener en cuenta que ayer me bajó la regla y que, inexorablemente, el cambio de hormonas acomoda este estado de negra y dolorosa embriaguez. Para cuando me percato de mi situación ya es demasiado tarde, ya he dicho cosas que no debía y me lo restriego... es hora de sentirme avergonzada. 
Siento que soy la mar en galerna: las sensaciones se alzan como fuertes y destructoras olas, lo salado de mis lágrimas termina entrando a la playa de mi boca y no puedo retener por más tiempo los mocos que me chorrean por la nariz. Tengo que sonarme. De repente, salto un poco para apartanme de mi misma y me miro. Tengo que dejar de quejarme, por este camino sé que no voy a llegar demasiado lejos.
Como te digo una cosa, te digo la otra. Hoy no hay quién me entienda, y para más inri, no me apetece pedir perdón. Hoy es uno de esos días en que me gustaría haberme despertado sola en alguna cueva perdida, sin nadie por ahí, para que pudiese llorar, gritar, o lo que me diera la santísima gana sin tener que dar explicaciones a nadie; sin correr el riego de lastimar a las personas que más quiero, que son, desafortunadamente, las que más reciben; para no añadir el sentimiento de culpabilidad a la horda de furiosas tropas de sentimientos cargadísimos que ya acarreo hoy dentro de mi.
Mucha paz y mucho amor. Eso es lo que deseo hoy para todas y para mí misma.

2012/06/11

2012-06-11

Cada día soy diferente. Hace unos meses empecé a controlar mis ciclos menstruales, simplemente para conocerme mejor, para saber cómo varían mis emociones, mi carácter y mi actitud dependiendo de la fase lunar en la que me encuentro. Leí que el ciclo de la mujer se asemeja al de la luna: si estoy ovulando estoy de luna llena, y cuando menstruo, se compararía a la luna nueva, pues el óvulo viejo se deshecha para dejar espacio para una luna nueva... Pues bien, dependiendo de la fase lunar en la que me encuentro, realmente soy diferente. 
Hay días que son como toboganes, que fluyo sin demasiado esfuerzo, otros que estoy activa, con ganas de no parar de hacer cosas, otros que me siento especialmente guapa, otros que estoy más vaga que la chaqueta de un guardia, otros que siento cómo mi fuego sube en forma de malas hostias y ráfagas repentinas, días en los que me apetece estar con la gente, o días en los que preferiría ser la única sobre la faz de la Tierra... pero siempre me visto con la misma cara... por eso es tan difícil reconocer quién soy hoy. Bueno, si se trata de uno de esos días en los que fluyo fácilmente, no me suele hacer falta ni analizarme demasiado, ya que simplemente soy quien soy y listo.
A todo esto, hace poco escribí sobre mis comederos de cabeza... pues, a raíz de aquello y por las bellas causalidades de la vida, llegó a mis manos un escrito que me subiría los ánimos (que tampoco hizo falta subírmelos mucho porque llevo unos cuantos días sintiéndome feliz y en paz) y que me daría fuerza para seguir adelante. 

¡Salud y Amor!



2012/06/08

2012.06.08

He empezado a cantar una canción que desde que la escuché siempre me ha gustado. Hacía mucho que no la escuchaba ni cantaba, y me ha hecho ilusión acordarme de la letra. Es euskera pero dice así:

"Si alguien dijera: - En mi casa no hay paz.
que buscara la paz en la casa del vecino
o en la última esquina del mundo.
Pero si tuviera paz en casa
que no buscara la guerra en ningún lugar,
pues perdería la paz y su casa
en la esquina del mundo!".

Pues ya salimos al camino. Paramos en Molina de Aragón, para visitar a Juli, que lo conocimos en el Encuentro de Rurales Enredados. En el Alto Tajo, zona que nos fascinó por su belleza natural, cuatro ciervos salieron a saludarnos al asfalto y a desearnos buen viaje. Conocimos Cuenca, que desde que vi un documental sobre la ciudad, tenía metido en la cabeza que la quería verla. El Casco Antiguo precioso. Desde allí empezó el secarral... ai ama! pobre Albacete, pobre Murcia... ¡Vaya calor! Hacíamos kilómetros y kilómetros surcando grandes llanuras amarillas, marrones y verde apagados. Ningún árbol. Literal, ¡ninguno! Ya pasó mediodía y seguíamos sin comer... ¿cómo íbamos a parar con la que estaba cayendo? Los arbustejos que se veían aquí y allí eran lo suficientemente pequeños como para dar sombra quizá a las ruedas de la furgo... así que sudamos y sudamos hasta que en la lejanía, fuera de la autovía, oteamos el único cúmulo de árboles grandes en aquel basto terreno desértico. Ya serían las cuatro y media, cuando conseguimos llegar a aquel lugar. Salimos a respirar un poco, tragarnos un poco de pan, aceite y queso, y media hora después Gorka volvía a pisarle al acelerador, al embrague y al freno. A las siete, más o menos, estábamos bañándonos en el Mediterráneo, en el último pueblo costero murciano. Marika nos comentó por teléfono que ya estábamos a horita y media de su casa. ¡Ya estábamos en Andalucía!

¡Mucha felicidad para todas!


Molina de Aragón


Alto Tajo


Cuenca