2012/06/11

2012-06-11

Cada día soy diferente. Hace unos meses empecé a controlar mis ciclos menstruales, simplemente para conocerme mejor, para saber cómo varían mis emociones, mi carácter y mi actitud dependiendo de la fase lunar en la que me encuentro. Leí que el ciclo de la mujer se asemeja al de la luna: si estoy ovulando estoy de luna llena, y cuando menstruo, se compararía a la luna nueva, pues el óvulo viejo se deshecha para dejar espacio para una luna nueva... Pues bien, dependiendo de la fase lunar en la que me encuentro, realmente soy diferente. 
Hay días que son como toboganes, que fluyo sin demasiado esfuerzo, otros que estoy activa, con ganas de no parar de hacer cosas, otros que me siento especialmente guapa, otros que estoy más vaga que la chaqueta de un guardia, otros que siento cómo mi fuego sube en forma de malas hostias y ráfagas repentinas, días en los que me apetece estar con la gente, o días en los que preferiría ser la única sobre la faz de la Tierra... pero siempre me visto con la misma cara... por eso es tan difícil reconocer quién soy hoy. Bueno, si se trata de uno de esos días en los que fluyo fácilmente, no me suele hacer falta ni analizarme demasiado, ya que simplemente soy quien soy y listo.
A todo esto, hace poco escribí sobre mis comederos de cabeza... pues, a raíz de aquello y por las bellas causalidades de la vida, llegó a mis manos un escrito que me subiría los ánimos (que tampoco hizo falta subírmelos mucho porque llevo unos cuantos días sintiéndome feliz y en paz) y que me daría fuerza para seguir adelante. 

¡Salud y Amor!



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