2011/01/05

2011/01/05 Ya nos hemos ido un poquito...

¡Cómo se nos ha ido el tiempo! Hoy mismo se nos ha marchado un trocito de nosotros con la partida de Naiara y nuestra querida patatera salsera, Mari Vic. El último abrazo no nos dejaba soltarnos, hasta que una sonrisa que prometía una pronta reunión nos ha dado la fuerza para dar media vuelta y cada cual con su camino.
Esta última semana en Rishikesh es más melancólica que ninguna (sobre todo hoy que estoy tan sensible...). Que se empiecen a mover los de al lado, nos recuerda que en menos de lo que canta un gallo nosotros también nos iremos dejando atrás esta maravillosa etapa del viaje. Además, acabamos de comprar los billetes, lo que agrava la seriedad de la cercana partida. El domingo a las 16.20 saldrá nuesto tren destino a Pathankot, en Punjab. Mientras tanto, seguimos con el yoga, la meditación, la lectura y las charlas de velada.

Pero bueno, por cambiar de tono, voy a recordar un poco la excursión del otro día. El día 2 de este primer mes de 2011 nos juntamos la piña de siempre (MariVic, Naiara, Franco -Italia-,  Minji -Korea-, Steven -Inglaterra-, Tonatiu -Australia/Mexico-, Borja -Madrid- y los laztanas -Gorka y yorr-) para coger un taxi-jeep, y todos enlatados y felices recorrer el camino serpenteante y montañoso hasta Kunja Puri. Una horilla más tarde nos apeábamos para subir las escaleras hasta el templo de Durga, desde donde podíamos otear las primeras cumbres del nevado Himalaya. Además, como el día había amanecido con mucha niebla (que, de hecho, no se ha levantado del todo hasta hoy mismo), el resto de las cimas que nos circundaban parecían la costa de una mar blanca y esponjosa. todos disfrutamos y nos maravillamos de aquella panorámica.
El plan era bajar desde allí hasta Rishikesh monte abajo y bosque abajo, así que, pasadas las doce comenzamos el descenso. El largo trayecto de bajada contínua, y cuando digo contínua me refiero sin dar un paso en llano hasta llegar al puente de al lado de casa, duró cuatro horas y pico. Fue una travesía impresionante y rompe-piernas que cruzó aldeas esparcidas, aldeanas y sus niñ@s con sus inmensas cargas sobre la cabeza, prados, huertas, caminos en construcción, selvas espesas, paradisíacas cascadas y riachuelos... ¡Increíble!
Me agrada mostraros algunas de las alucinantes fotos que sacamos.

PD. para MariVic: MariVic, eres muy fuerte y alegre; ha sido un verdadero placer haber hecho contigo esta parte de nuestro camino. Tus Laztanas: Gorka eta Eider.
Como sardinillas en lata... ¡pero más contentos!

...

Os presento a Gangotri.

Caminando que es gerundio.

No se sabe si estaban ellos o nosotras más contentas por el encuentro.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario