2011/04/08

2011/04/03 Dos acercamientos al mundo animal

1. Nos hemos encontrado con un perro herido cuando íbamos a desayunar. Al pobre le han cortado la cola durante la noche, y tenía la avería sangrando. He sentido una lástima muy profunda y he sentido incluso culpa. No puedo entender cómo alguien puede hacer algo así.
Nos ha contado el manager del Chilax House que, aparentemente, se ha peleado con otro perro y que ha perdido la cola durante la trifulca. Pero eso no hay quién se lo crea. He llorado como una madalena al ver la carita del animal.
Lo hemos limpiado, le hemos puesto betadine y lo hemos cubierto con un pañuelo para que las moscas no le infectasen la herida. También le he aplicado un poquito de reiki con intención de aliviar su dolor y su congoja. No tengo mucha idea de medicina, pero nos ha parecido que el corte se veía limpio... 
Ese poquito de amor que le hemos dado el perro lo ha notado y, eso, ya le va a hacer bien. El que diga que los animales no tienen sentimientos es un bestia, y al que le falta sentimiento es a él mismo. 
¡Ójala nos diéramos más amor! Es necesario para curar nuestras almas, que están olvidadas.

2. Ayer nos pusimos a caminar y encontramos unpaso alparque que no estaba siendo vigilada. Nos armamos con dospalos y nos adentramos en élpara versi podíamos ver algún bicho salvaje. Nocaminamos más quedos kilómetros adentro, perofue másquesuficiente. Pudimos ver un ciervo, un gallo salvaje y un elefante en el río. No sabemos siera salvaje o no, pero no vimos a ningún cuidadorcerca y estaba gozando del baño largo y tendido. Nosacercamos para poder observarle decerca. Al muy listo no le hacíafalta levantarla cabeza para saberde nuestrapresencia; elevabasutrompa y situaba su apertura de manera que apuntaba directamente a donde estábamos agazapados. Noshubiera encantado entrar al río con ély ayudarle a echarse agua por todo su cacho cuerpo,pero no nos atrevimos...
No obstante, nuestro deseo fue escuchado, ya que cuando regresábamos nos topamoscon un hombre que guiaba a su elefante al río. Le preguntamossi iba abañarlo y cuando nosdijoque sí leofrecimos nuestra ayuda. La aceptó tímidamente. Lo seguimos hasta el agua y vimos como el amo le hizo tumbarse suavemente. Empezó aecharse agua con latrompa y su amoleayudaba por laespalda. Nos hizo una señaly nos metimos alrío para refrescar a aquelmastodonte. Pudimos acariciar su áspera y gorda piel con sus ásperos y gordos pelos. ¡Fue maravilloso!




1 comentario:

  1. ¡Qué bueno tu blog, wapiza!

    Cuántas aventuras :)

    Sigue así,

    Un abrazo fuerte,

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