2011/10/02

2011-10-02

¡¡¡Uuuuuffff!!! ¡Otra vuelta a la hoja del calendario! ¡Cómo se pasan los días! Que ya estamos en octubre... ¡el mes en que volvemos a Europa! Hoy es nuestro último día en Chiang Mai. Nos íbamos a quedar hasta el final de nuestra estancia en Tailandia en esta ciudad, pero ha habido un cambio de planes de última hora. Hemos decidido que queremos volver a sentir esos nervios en la tripilla, de cuando te montas en un autobús, arrastrando la mochilaza, y no sabes ni cómo será el lugar en donde estacionará el bus, tener que buscar y regatear para dormir... Que Borjita aparezca en nuestras cabezas y nos susurre la banda sonora de su viaje, que casi se ha convertido en el nuestro también: ". . . I'm on the road again. . . . I'm on the road again".
Además, parece que ya hemos dejado saturada a la ciudad. Esta última semana pasada, he seguido mi aprendizaje de los masajes, y nada más y nada menos ya sé dar masajes en los pies (con reflexología) y en hombros, cuello, cabeza y cara. 
Hoy por la mañana, la señora del puesto de los platanitos fritos, nos ha adelantado con su moto roja, y con una sonrisa pícara nos ha gritado que "today no banana", bromeando porque desde que los descubrimos no hemos dejado de pasar ningún día por su carrito-tienda. Ha habido días que hemos ido más de una vez... ¡es que qué buenos están!: rebozados en una especie tempura y con semillas de sésamo... mmm.
Estos últimos días, además, hemos visto mucho monzón. Parecía que el norte de Tailandia se estaba librando de las inundaciones que atacaban al resto del país, pero finalmente, tuvieron que abrir el embalse de no-sé-dónde, lo que hizo que se desbordasen todos los ríos del vecindario. Asín que las inundaciones, llegaron hasta aquí también. Bueno, no hasta nuestro guest house, donde si nos nos llegan a hablar del tema no nos hubiéramos ni enterado... 
Los chicos de la casa también nos han contado que se acaban de comprar un escarabajo-rinoceronte (que con orgullo nos lo ha mostrado, atado en su palito de bambú) por 400 bahts, que no es poca broma. Al parecer es un campeón y va a ganar muchas peleas. Después nos han enseñado también al resto de su equipo; pues por lo menos, tiene cinco o seis, cada cual en su palito de bambú. ¡Qué gracia! y después, para entrenarlos, los cogen de uno en uno y les chinchan con unos ¡palillos con cascabeles!
Este país también es la risión.

Mucha paz y mucho amor


1 comentario:

  1. uooo!!! esas chips, de banana con "caramelo", grandiosas, y el pastel de banana con cacahuetes... muxu bat bikote xabi

    ResponderEliminar