2011/02/21

2011/02/18 En la Jungla de Bardia

Ayer quisimos salir de Mahendra Nagar, porque al ser fronterizo, no veíamos cambio ninguno y, tras casi tres meses de India, estábamos ansiosos de entrar en el Nepal relajado del que tanto nos han hablado. Nos fue imposible conseguir ningún tipo de transporte debido a que la carretera estaba bloqueada por asuntos de interior. No obstante, hoy por la mañana ha habido suerte y los autobuses volvían a funcionar con normalidad. A las ocho y media nuestro autobús se ponía en marcha por la Mahendra High Way hacia el este. Nos hemos bajado cuatro horillas más tarde en Ambassa, destino que decidimos justo ayer por la tarde, que no tuvimos nada que hacer y estuvimos estudiando el mapa de esta tierra aún por descubrir.
En Ambassa nos hemos bajado del autocar y Hukum ya nos estaba esperando con un amigo. ¿Cómo hemos llegado a conocer a Hukum? Hoy por la mañana, estábamos esperando a que el bus saliera y hemos estado sentados unos cuarenta minutos dentro del vehículo. Estando allí, un nepalí muy agradable llamado Prem nos ha dado charla e información valiosa. Cuando ha sabido a dónde íbamos, nos ha hablado de un amigo que ofrecía alojamiento en Thakurdwara, por si nos interesaba. Pues resulta que era justo donde queríamos pasar la noche. Así que, en seguida, hemos cogido su tarjeta de visita y el nombre de la persona que regenta el lugar: Hukum Shahi, del Jungle Base Camp. Prem se ha comprometido en llamarle por teléfono y decirle que nos viniera a buscar personalmente.
Bueno, pues menos mal que hemos conocido a Prem antes de que el bus partiera y nos alejáramos de él hasta siempre. Resulta que en Ambassa no hay nada. Es un poblado de siete chozas de barro y tejado de paja (como la mayor parte de los poblados Tharu, gente que aún mantiene su lengua y su cultura, y a quienes se trata como a una casta diferente), sin caminos asfaltados y sin ningun hotel ni guest house ni donde caernos muertos, y un letrero que nos decía que Thakurdwara nos llevaba la delantera por 13 kms. Y ese, era un camino impensable con nuestros 10 kilos y más de mochilazas.
Así que, Hukum nos ha presentado a su medio de transporte: una moto de 125. Nos hemos asustado al pensar en el duro camino que nos esperaba, pero menos daba una piedra... Yo me monté con él y con mi cruz, y Gorka con su amigo por detrás. En menos de dos kilómetros hemos atravesado un río, y yo estaba flipando. "¿No hay carretera?" le pregunté a Hukum, y este se rió a carcajadas y me confirmó que aquella era la carretera. Después añadió que solo tenía que imaginarme aquello durante el monzón... y se rió aún más. Me cayó muy bien, yo a él también, y fuimos hasta su "camp" con una cháchara agradable. No sin quedarnos sin gasolina por el camino. ¡Jeje! ¡Es que el gasolinómetro no le furrulaba!      ¡Qué gracia! Total, que esperamos a que llegara la otra moto, le vació un vasito y otra vez sobre ruedas.
El camino que hemos recorrido hoy desde Mahendra Nagar hasta aquí ha sido increíble. Me recuerda a mi Euskadi: mucho árbol, mucho verde y siempre alguna cordillera o montaña a la vista. Eso sí, muy diferente al mismo tiempo, por los poblados y las gentes. ¡Qué maravilla de lugar! ¡Me siento en el National Geographic Country!
¡Y qué delicia de Jungle Base Camp! Como cuenta su nombre, estamos en la jungla. Thakurdwara linda con el Parque Natural de Bardia. Tenemos una chocita de barro y paja en medio de un paraje verde de bambú y hojas grandes. Aunque nunca haya estado allí, me recuerda a la Polinesia (sin mar) y a Gorka al Amazonas. Hay tanta vida natural y tanta belleza por todos los lados que me hace sentir como si pudiera alimentar mi corazón directamente por los ojos. ¡Y por el mismo precio de cualquier otro guest house cutre en India!





Nuestro vecino el elefante.

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