2011/07/15

2011-07-14 Pobre de mí, que se acaba San Fermín

Cosas que el Universo quiere que pasen. Hemos visto casi todos los encierros de Iruña. Mejor que nunca, porque si el acontecimiento ocurría a las 8 de la mañana, significa que nosotros lo veíamos a la una. En directo desde la tve que se pilla con la parabólica. ¡Y sin madrugar!
El de hoy, que era el último, nos lo hemos perdido porque ya nos tocaba movernos de Sihanoukville... y como veníamos a dedo pues el horario normal del día se ha desparramado. Imposible saber ni a qué hora saldremos de viaje ni a qué hora llegaremos a puerto. Pero lo más guay de toda esta incertidumbre, es que no hay prisa, amigo. Teníamos todo el día para hacer los cien kilómetros que separaban los dos pueblos, ¡así que no había miedo, porque eran pocos y cobardes! ¡jeje!
Los diez días y nueve noches que nos han volado en Sihanoukville los hemos pasado de nuestra calita a casa y de casa a nuestra calita. El segundo día, nos dio por andarillear por la costa rodeando el rocaje vivo, y behind the musgo encontramos un pequeño paraisito. Una calita escondida tras grandes rocas y verdes árboles; playita que me ha regalado un montón de orejitas de mar (sé que Emilio tuvo algo que ver en el detalle). Parecía que la calita guardara nuestros nombres, porque salvo algunos locales que pasaban por allí para ir a alguna otra parte, siempre nos aguardaba en su tranquila y apacible soledad. ¡Increíble! Podemos decir que nos apalancamos tanto en este lugar solo por aquella playita, que no figura en los mapas y que no tiene nombre. Seguramente eso será lo que le da tales pribilegios. 
Hemos llegado a Kampot a eso de las dos en una furgoneta, sentados en las cajas de whisky "Red Eagle" que los dos ocupantes del vehículo estaban repartiendo. Nos han ofrecido abrir una botella para que lo probáramos y nos han llevado, despacico, que hoy no ha parado de llover en ningún momento.
Aquí, en Kampot, se cosecha pimienta de muy buena fama por todo el mundo. Ya la llevamos saboreando en algunos platos y la verdad es que el sabor se nota. De todos modos, mejor cuento algo que no se cuente en las guías o documentales. 
Me encanta la gente de aquí, tan sonriente y tan fiestera. Es que hacen fiesta por cualquier cosa, por un simple saludo amable; nunca les faltan las ganas de cachondeo, así que si les sigues el rollo es muy fácil pasárselo bien por la calle. Si bien es cierto que los tuctuqueros son bastante taladradores, si se acepta que su vida es así y que tienen que hacerlo, te echas unas buenas risas con ellos. 
Anécdota:
Paseando por la playa una niña, de no más de doce años, se me acerca con toda su parafernalía y artilujios de esteticién playera, y me ofrece hacerme las piernas. Yo, que ando un poco desperdiciada, llevo los pelos de las piernas sin rasurar hace tiempo, así que el bello se ve. A distancia. ¡jeje! Le digo que gracias por la oferta pero que me siento a gusto y no necesito más. Pasea conmigo hablándome de otras cosas y de buenas a primeras, me vuelve a ofrecer sus servicios. Al negarme me dice: "pero, chica, tienes las piernas horribles", se ríe, y cogiendo mis trencitas con dulcura, remata: "bueno, si no quieres eso, también te puedo hacer trenzas en los pies!". ¡Jajaja!







Encima de los whiskyses.

2 comentarios:

  1. jajaja, fatal error de la wikipedia !!!!

    bueno, igual tanta saturación de información me ha jugado una mala pasada. La cosa es k el grupo "Dengue Fever" suena muy bien, y según fuentes verídicas, lo formaron unos californianos que ficharon a una camboyana, al quedarse flipaos de su música cuando estuvieron por los garitos nocturnos de Camboya !!!!

    k grande eres Eidertxu, hazte las ingles hombre ya !!!

    mila muxus !!!

    ResponderEliminar
  2. Menkanta lo kestás viviendo ......Eider..... bene-benetan txakurrak berbetan! sego horrela! Mundua ezeutu! Axun Moreno

    ResponderEliminar