2011/03/15

2011/03/11 Más y más panorámicas

El último día en Pokhara alquilamos una motoreta para ir a ver el entorno de la gran ciudad. Por la mañana nos acercamos hasta el extremo del lago desde donde se forma un río y su agua empieza a empapar los campos de esta zona. Apàrcamos la scouter en una esquina de la vereda para pasar un puentecito de madera, que se menea que da gusto, a pie. Seguimos uno de los senderos que había al otro lado sin saber muy bien  si por allí encontraríamos el camino que buscábamos, pero al cabo de un cuarto de hora dos niños con mucha labia se nos habían unido y confirmado la dirección que llevábamos.
En seguida llegamos al Devi Fall, un salto de agua espectacular y un cauce de rocas erosionadas que daban al paisaje un toque lunar y fantástico. Y de allí nos dirigimos a la entrada de una cueva, que una vez atravesada desciende unos cien metros y va a parar justo detrás de donde la cascada estampa sus aguas contra el suelo. Por otro lado, dentro de la cueva hay dos templos: uno dedicado a Shiva y el otro a una vaca sagrada. Esta segunda era muy graciosa, ya que si metías una moneda en una ranurita, la vaca empezaba  a mear y los hindús se limpiaban la cara con este orín sagrado. Bonita manera de repartir el agua bendita. Además de eso, empezaba también a derramar leche de sus ubres de barro que caía directamente sobre el falo de Shiva. Cosas y casos.
Por la tarde nos fuimos a ver las aldeas que se esparcen hacia el oeste de Pokhara, junto a los extensos arrozales y bañadas por las marismas. Todo un reto para el conductor, que su segunda vez sobre dos ruedas tuvo que guiar la moto sobre asfalto bachado, piedrecilla suelta, tierra arenosa, pedrusco tocho, cuesta arriba y cuesta abajo. Entre esta y la primera vez, que fue también toda una odisea, ya se puede decir que es un conductor con experiencia.
Ayer cogimos el bus con dirección este. Nos bajamos en Dumre, y aquí nos subimos al jeep que nos trasladaría a Bandipur. ¡Qué escándalo! Esperamos al sol unos 40 minutos a que el jeep se llenara... y se llenó. Se llenó bien-bien. Íbamos 31 personas, TREINTA Y UNA, en un jeep que tenía asiento, como mucho, para 13-15 personas. Y a esta gente no hubo que decirle que no tenían huevos para hacerlo. Se hizo y tan campantes. Empezamos a subir el puerto que conduce a Bandipur, un puerto digno de una etapa del Tour, y una camioneta llena de militares (Inciso: Nepal está petadísima de soldados) nos dio el alto e hicieron que se bajaran los siete u ocho que iban en el tejado del vehículo. Nos pusimos de nuevo en marcha, la camioneta militar nos pasó y nuestro jeep paró para que los que habían sido expulsados nos alcanzaran y se volviesen a acomodar  en los hierros del tejado. En fin. Un cuarto de hora más arriba el motor del vehículo, lógicamente, se requeterrecalentó y tuvimos que parar para que se enfriase y lo remojasen con varios litros de agua, que gracias a Shiva, cogían de una fuente que había al lado de donde paramos.
Bandipur es una villa muy diferente a las vistas hasta el momento. Las calles están empedradas, se ven casas tipo coloniales, no entra ningún vehículo motorizado en su suelo  y tiene unas vistas muy atrapantes. Me encanta. Es muy muy tranquilo y no hay mucha gente de fuera; lo que sí hay son un montón de niños jugando y jugando por las calles.
Hoy por la mañana, hemos hecho otra ruta hasta la cueva de Siddha. Una cueva que tiene 450 metros de largura y, por consiguiente, la más grande de Nepal y una de las más grandes del sur de Asia. La caminata de cuesta y escaleras ha sido agotadora y larga, pero una vez que ya estamos de regreso nos sentimos "full power" y con muchas ganas de que nos sirvan ya la comida que hemos pedido hace unos veinte minutos.
¡Ahh! ¡En el trayecto hemos visto una serpiente! Era verde pistacho-fosfo, larga y delgaducha, se movía a toda leche y a mí me ha dado un susto de los buenos... e instintivamente he reculado para salvarme.
* Nótese que hay algo de dramatismo en la última frase.


Arrozales y marismas al oeste de Pokhara.

Un niño haciendo el cabra y una cabra haciendo el niño.

Calle de Bandipur.

Bandipur al ponerse el sol.


NEPAL.

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