2012/08/20

2012-08-20 Deshaciéndome de la vergüenza

- ¿Qué es la vergüenza?
- Yo la vivo como inferioridad. Como si creyera que mi manera de ser, de vivir o de pensar no fueran dignos de respeto. Como si esperase que los demás me aprobaran. Como si quien soy pudiera estar mal... 
- ¿Pero qué cosas a quién se le ocurre? Ande yo caliente y ríase la gente.
- Pues a mí no solo me ocurre, sino que me lo creo y me acaba doliendo. Y, la mayoría de las veces, no me doy cuenta de que ni siquiera ocurre. Simplemente, ella termina expresándose mediante alguna otra sensación que me hace sentir mal.
- ¿Y a qué tienes realmente vergüenza?
- Pues, por ejemplo, a expresar mi espiritualidad. 
- ¿Por qué? ¿Qué tiene eso de malo?
- Es la palabra. Crecí creyendo que era una palabra ridícula. 
- ¡Je! ¡Je!
- Es verdad. La espiritualidad era algo relacionado con las clases de religión, que eran lo peor y más aburrido. La espiritualidad era creer en ese Dios tan dibujado en las iglesias y los cuadros de los abuelos y abuelas. La espiritualidad estaba pasada de moda. La espiritualidad era una palabra totalmente vacía. ¿Cómo iba yo a hablar sobre algo que no era más que una invención de los "viejos"? 
- Sin embargo, ya hablas de espiritualidad, ¡y no poco!
- Sí, pero solo con la gente que realmente me conoce. Sobre todo y especialmente con la gente que me ha conocido tras haber empezado a experimentar y a vivir la espiritualidad. Cuando estoy con la gente que conoció a la que fui... reacciono como si en ese entorno volviese a ser quién fui, esa que creía que la espiritualidad era algo cursi, algo ridículo, algo anticuado. algo inventado y sin significado.
- Pero, ahora ya he descubierto lo que realmente significa, entonces, por qué seguir cargando semejante lastre? ¡Deshazte de ella!
- Sí, estoy en ello, pero cuesta. No es nada fácil enfrentarme al hecho de que tengo vergüenza, porque cuando la siento, el mismo sentimiento de vergüenza tiene tanta vergüenza (está creada únicamente por ella misma) que no se deja ver tal y como es, le da mucha vergüenza el mismo hecho de mostrarse, de aceptarse.
- ¡Pero estoy aprendiendo a vivir creyendo en mis verdades, que son las únicas que hay! 
- Sí, por eso me comprometo a mostrarme tal y como soy, aquí y ahora. Porque me quiero y me respeto. Porque ya entiendo que soy yo mi única juez. Que a los demás les gustara o no, pero solo puedo ser lo que soy. Quien quiera que me tome, y quien no quiera que no lo haga. 
-Y que todo el mundo sea feliz.

Imagen encontrada en la red.



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