2011/06/08

2011-06-05 En Muang Ngoi


Ya llevamos dos noches en esta apartada aldea de Muang Ngoi. La paz y la tranquilidad con las que transcurre aquí la vida, nos acogen en su honda sosegada y apetecible, y hace que se realentice nuestro ritmo de viaje. Además, hemos encontrado una terracita techada regentada por un indio que sirve comida de su país y hace felices a nuestros paladares y estómagos... No pedimos nada más. 
El paraje que nos rodea es el paraje al que estamos habituados en este frondoso Laos: ríos caudalosos y forzudos, peñascos que recortan el horizonte con prominentes rocas tupidas por un verde oscuro, nieblas matutinas, bochornos de día entero, gente risueña y niños especialmente alegres y juguetones...
Eso sí, veníamos con ganas de adentrarnos un poco en la jungla, pero se nos han quitado un poco al comprobar que por estos lares son muy comunes los chupasangres... ¡sí, sí, hay sanguijuelas! ¡Vaya susto se llevó mi laztana! Paseando por las lindes del poblado, dimos con otro río en el que unos niños se lo pasaban en grande, mientras la madre hacía la colada. A los chicos les entró las ganas de darse un chapuzón y se metieron al agua sin pensárselo demasiado. 
Fue cuando salieron cuando Gorka observó algo raro moviéndose en sus pies. Al ser sanguijuelas más pequeñas y finitas que las vistas hasta el momento en las pelis, no las reconoció al instante, pero cuando se hizo la luz en su cabeza empezó a intertar quitárselas a toda leche. Yo, por si acaso, no me acerqué demasiado, y Borjita tampoco... ¡jeje! Tenía tres o cuatro en cada pie... se quitaba uno y este intentaba escabullírsele brazo arriba o chupándole la punta de los dedos. Salimos de allá bastante pitando...
Por lo demás, hemos descubierto unas hierbas que tienen la hechura de los helechos pero mucho más pequeños, que si les meas encima o les echas un escupitajo, se cierran, se acurrucan al son de ya. Son la mar de graciosos. Después, están las cucarachas voladoras del tamaño de dos castañas, que fácilmente pierden el control de vuelo y se estampan contra lo primero que pillan, y reza para que no sea tu cabeza... e insectos de todos los tamaños e índole. Las mariposas son increíbles, de grandes y bonitas, y hay muchas luciérnagas voladoras e intermitentes a las que se les puede  confundir con estrellas fugaces.
¡Maravilla de naturaleza!


Señora mariposa.


Uno de los rápidos que tuvimos que atravesar para llegar a Muang Ngoi.


¡Pura vida!


Vistas desde nuestro bungalow.


Calle principal de Muang Ngoi. The Resting Lady, la montaña del fondo.


1 comentario:

  1. hola a los tres!!!!
    lo primero dar la enhorabuena a Eider por el Blog tan estupendo ke haces.. se puede´"sentir" muy bien todo lo ke estais experimentando...
    Borji, me alegra saber de ti, aunke sea por aki, todo va bien aki en Granada y los medicos dicen le puedo hacer vida normal asi ke de lujo. (me ha hecho gracia Eider porke yo otra kosa no, pero los hospitales de todos los lugares a los ke he ido me los konozko).

    bueno, ke sigais disfrutando muxo y muxa buena energia xa vosotros.. aki seguimos luchando!!!

    un besazooo! Blanka.

    ResponderEliminar