Hace ya cuatro días-tres noches que llegamos a la zona de Dharamsala y nos ha dado tiempo para recorrer los alrededores de este bello paraje. El primer día visitamos el Templo budista del Dalai Lama, atravesando el bosque de las oraciones en sentido de las agujas del reloj. Es la Puja que se hace antes de entrar en el Templo y se trata de un paseo entre los árboles que están llenos de banderitas de colores que hondean al viento ofreciendo al mundo su mantra y su petición: "Om Mani Padme Hum".
También hemos llegado caminando hasta las aldeas de Bhagsu, Dharamkot y Dal Lake. De hecho, acabamos de llegar a casa de este último, y aún sigo embriagada de la paz y la serenidad que allí hemos respirado. He podido escuchar la vida y sonaba como a una viejísima canción; tan poco contaminada con la velocidad de nuestra sociedad. Esa gente humilde compartiendo el sol y los pequeños patios de delante de sus casas con sus animales y sus minutos de oro: se comprende que PAZ es mucho más que una palabra preciosa y útopica. A la parte de árbol que vive en mí le hubiera encantado echar sus raíces allí mismo y alimentarse de cada uno de los segundos hasta el fin de mis días. Me he quedado un poco tocada del ala...
oeoeeeeeeeeeeee!!namaste!!bihotzez!!!eup!!
ResponderEliminaro love youuuu!!el viento a favor titis!!!i promisse!!!namaste!!!aurrera,beti,euuupppp!!
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